¿Que podemos hacer con este mundo tan cruel?...Ríe

¿Quién no comete errores? Pues sólo quien no actúa, y aún sin actuación, también erramos. Pero lo importante es saber perdonarnos. Yo tiendo a obsesionarme, a obsesionarme con lo malo, por eso intento obligarme a disfrutar, a ver lo bueno... Porque mis ojos no se pueden apartar por ellos mismos de la errata.
Quizás por eso me cuesta tanto hacer las cosas: por miedo a fallar. Yo siempre me he considerado una “chica del montón”, que no hago las cosas porque soy como cualquier mina floja; pero un día, mi sicólogo, me dijo que quizá no fuese una del montón, sino que probablemente fuese demasiado perfeccionista, (a mí me dio mucha risa), y que por miedo a fallar no hacía las cosas, o que las hacía sin esforzarme demasiado para, en el caso de que saliesen mal, poder justificarme a mí misma. Y puede que sea cierto..., lo digo porque sí es verdad que a veces la presión que me impongo por tonterías me lleva a no actuar. Mis amigos saben muy bien que soy una maquinadora de proyectos que se mantienen en potencia..., porque llevándolos al acto corro el riesgo de fracasar.
Hay que ser benévolo con uno mismo y tomarse la vida sin tragedias. Porque, además, no podemos editarnos a nosotros mismos: este día lo quito, pego aquí mi hermano, corto allí mi hijo... ¿Este pololo?..., mejor no. A este otro.., ehhhh no. No se puede editar, sorry es la vida.

Sí, soy una mujer pesimista..., pero con espíritu de redención, ya?

Voy a caminar.